La exposición Danzas de Michoacán es un encuentro visual y simbólico entre dos miradas que se cruzan en el corazón de la tradición: la fotógrafa francesa Florence Leyret, radicada en Pátzcuaro, y el artista grabador Artemio Rodríguez, originario de Tacámbaro. Unidos por un mismo propósito, ambos creadores nos conducen a través de imágenes que trascienden lo estético para revelar la esencia espiritual de las danzas purépechas.
En cada fotografía y grabado, la danza aparece no como un espectáculo, sino como un acto sagrado: un diálogo entre el cuerpo y lo divino. Los pasos de los Viejitos, Kúrpites, Ermitaños, Hortelanos, Moros, Pukes y Negritos resguardan la memoria de los pueblos y reafirman su identidad colectiva. Son movimientos que invocan bendiciones, celebran la vida y honran la herencia ancestral que aún late con fuerza en las comunidades.
Más que coreografías, estas danzas son rituales vivos, entrelazados con la música, la festividad y la religiosidad de los pueblos de Michoacán. Al recorrer esta exposición, el espectador se adentra en una experiencia que no solo enaltece la belleza de las tradiciones, sino que revela la manera en que la cultura, la tierra y la espiritualidad siguen tejiendo un mismo manto sagrado: que protege y da sentido a la vida comunitaria.